miércoles, 19 de diciembre de 2012

Master and Commander: Al otro lado del mundo




Master and Commander
 
Son muchos los films que podríamos ponernos a ver en una lluviosa tarde de domingo, pero pocos los que veríamos en días en los que tenemos “cosas más importantes que hacer”. ‘Master and Commander: Al otro lado del mundo’ es una de esas pocas películas. 

La película está basada en la serie de novelas sobre la armada británica del siglo XIX de Patrick O'Brian. Weir, director de esta obra de arte, supo como narrarla y filmarla a la perfección, comenzando por ni siquiera presentar o comentar a los protagonistas, ya que la película comienza en el Surprise, una fragata de 28 cañones, con lo cual, desde el primer momento obliga al espectador a fijar sus ojos en la pantalla.

Aunque no lo había comentado en ninguna de las otras críticas, me declaro fan de Russell Crowe. Desde Gladiator, Crowe siempre ha sido uno de mis actores favoritos. Por ello, lo único que le faltaba a esta producción con un gran argumento, es un genial protagonista. Russell Crowe da vida a Jack Aubrey, capitán de la fragata Surprise y protagonista del film y de las novelas de O’Brian. La mejor de las críticas a su papel la hizo el propio O’Brian, cuando dijo que él nunca se había subido a ningún navío de guerra de ninguna época, pero que Russell Crowe, sin haber sido nunca capitán, parecía ser un experimentado oficial británico. El otro protagonista de la película y amigo del “Afortunado Jack” es el médico y naturalista Stephen Maturin, protagonizado por Paul Bettany.

El comienzo de la película se parece a la de Gladiator o Salvar al soldado Ryan por la velocidad de sus primeras escenas. La velocidad que llegan a alcanzar los primeros minutos del film hace que el espectador sienta que está dentro del propio navío, luchando codo con codo junto a los británicos. Ciertamente, durante toda la película se mantiene un frenesí extraño pero a la vez divertido, con el que se puede observar, entre otras cosas, porqué los marinos británicos eran los mejores del mundo, pudiendo ver toda la estructura de su jerarquía y el poder de cada uno de los escalones de esa pirámide.

Jack Aubrey emprende  la persecución del Acheron, navío de guerra francés que supera con creces la potencia de fuego del Surprise. En un momento de la persecución y entre la espesa niebla, de forma imprevista el Acheron ataca a la fragata británica causando terribles daños. Finalmente, Aubrey gracias a su experiencia consigue zafarse de los enemigos y huir entre la niebla. El ataque produce varias muertes, daños materiales graves y sobre todo unas increíbles ganas de venganza en el corazón del capitán británico. Por ello, “Afortunado Jack”, que tenía como ordenes tan solo perseguir a los franceses, emprende la persecución con ánimo de mandar el Acheron al fondo del mar.

Como resumen, cabe comentar que Master and Commander: Al otro lado del mundo es, probablemente la mejor película bélica de índole naval que haya visto en mi vida. Seguramente este film gustará tanto a los amantes del cine aventuresco como a los amantes del cine en general.
 

viernes, 12 de octubre de 2012

Cuando éramos soldados



Cuando éramos soldados

Tras más de medio año sin publicar, vuelvo a las andadas con la película llamada ‘Cuando éramos soldados. El film es una película publicada en 2002, dirigida por Randall Wallace y protagonizada por Mel Gibson. Está basada en un libro titulado We were soldiers once… And Young, escrito por el teniente general Harold Gregory “Hal” Moore, Jr. y el periodista Joseph L. Galloway, ambos presentes en la batalla.

Gran parte de la grabación se centra en la Batalla del Valle de la Drang, la cual fue la primera batalla convencional librada entre el Ejército de los Estados Unidos y el Ejército Norvietnamita. Durante unas semanas, los Vietcong habían atacado diferentes puntos controlados por Estados Unidos o por sus aliados, lo vietnamitas del sur.

Por ello, el coronel Brown decidió movilizar al Primer Batallón del Séptimo de Caballería, al mando del teniente coronel Harold G. Moore al Valle de la Drang. Su misión sería la de encontrar y destruir el grueso de las fuerzas norvietnamitas de la zona. Este batallón estaba compuesto por 16 helicópteros de transporte, asique prácticamente todo el apoyo de artillería que tendrían serían varias baterías de 105 mm colocadas en la Zona de Aterrizaje Falcon (ZAF), cerca del Valle de la Drang.

El 14 de noviembre, a las 10:17 h, las baterías de artillería comenzaron a hacer un bombardeo de saturación en la zona. Tras esto, la infantería partió hacia allí en los helicópteros. La compañía B fue la primera en tomar tierra y asegurar el perímetro. Poco después llegaron la compañía A y la C. Tras esto, llegaron dos días de intensos combates, como se puede ver en la película.

Cuando éramos soldados narra todo lo sucedido durante esos dos días en Vietnam, y también cuenta como las noticias llegadas desde allí afectaban a la convivencia en Estados Unidos. Para ello, aparte de seguir al teniente coronel Harold G. Moore (Mel Gibson), también sigue a su mujer Julie Moore (Madeleine Stowe).

La grabación de las escenas de acción es, en mi opinión, más que buena, ya que aparte de ver disparos, heridos y muertos, también se puede observar el coraje que tuvieron que tener todos esos soldados, tanto estadounidenses como vietnamitas, para luchar a escasos metros de sus enemigos. Lo que puede fallarle a la película, como a tantas otras de producción estadounidense, es el patriotismo que demuestra, ya que en ocasiones se hace pesado e increible.

Cuando éramos soldados en general es una buena película, de merecido visionado.

jueves, 22 de marzo de 2012

El Hundimiento (Der Untergang)

El hundimiento

La capital del Tercer Reich se encuentra cercada por el Ejercito Rojo. El pánico ataca tanto a civiles como a soldados. Adolf Hitler (interpretado por un gran Bruno Ganz) se encuentra totalmente sumergido en el delirio que le llevaría al suicidio días después. Berlín, abril de 1945.

Basándose en el libro de Joachim Fest y en las memorias de una de las secretarias privadas de Hitler, Trauld Junge ('Hasta la hora final'), el director Oliver Hirschbiegel montó el film que mejor resume (en mi opinión) los últimos días del Furher y de la Alemania Nazi. Para dar vida a la película, Hirschbiegel cuenta con el actor suizo Bruno Mars, que, hablando en plata, 'clava' el papel, interpretando a un débil y paranoico Hitler.

Como ya he comentado antes, me parece la película que mejor resume el final del Tercer Reich, porque aunque se centra principalmente en la persona de Hitler, también deja ver el final de muchos de los oficiales y amigos cercanos a él, como por ejemplo el terrible final de la familia Goebbels (una de las mejores escenas del largometraje). Además, la película muestra a la perfección como Hitler consiguió entrar en todas y cada una de las cabezas (quitando pocas excepciones) de los alemanes, inculcando un protocolo centrado en el honor y en el cumplimiento de toda norma u orden dicha o escrita por él.

Por otro lado, es probable que a los acostumbrados a films de explosiones y disparos durante el 90% del largometraje no les guste o se les haga pesada, ya que tiene partes y escenas que transcurren con mucha lentitud. Si realmente no os gusta la primera vez que la veáis, os recomiendo volverla a ver para daros cuenta de todos los detalles. Otro detalle que, a mi parecer, sobra en el film son las declaraciones de Traudl Junge al final, donde argumenta que ella no sabía nada ni sobre la muerte de 6 millones de judíos ni de las demás atrocidades ordenadas por el Furher. Declaraciones poco razonables teniendo en cuenta que estuvo junto a Hitler y mecanografiando sus palabras y ordenes durante dos años y medio, tiempo de sobra para darse cuenta de que tipo de persona era y a lo que se dedicaba.

En resumen, 'El Hundimiento' me parece un título que hay que ver ya que en el se encuentran muchos detalles que harán que aprendamos algo, lo que da a entender que tiene parte de documental. Además, podremos disfrutar de la gran interpretación del suizo Bruno Ganz.


domingo, 5 de febrero de 2012

Hasta donde los pies me lleven


Hasta donde los pies me lleven es una película alemana dirigida por Hardy Martins en 2001. Está basada en un best-seller de 1955, escrito por un muy poco conocido Josef Martin Bauer. El escritor basó su novela en infinidad de entrevistas con uno de los pocos soldados que pudo escapar de uno de esos campos. Aunque el nombre del protagonista, Clemens Forell, es ficticio, el novelista afirma que los hechos están basados en hechos reales. El libro tuvo una acogida impresionante, y por ello, años después fue adaptada a la televisión en forma de miniserie de 6 capítulos, la cual tampoco tuvo mala acogida.

Clemens Forell (Bernhard Bettermann) es un teniente alemán que en 1944 parte hacia la guerra y hace una promesa a su esposa e hija, la cual promete cumplir. En 1945 es enviado a un Gulag, en Siberia,  junto con miles de prisioneros alemanes. Tanto en el trayecto como en el propio campo las condiciones son pésimas, como se ve en el largometraje. Además, el capitán Kamenev parece estar empeñado en sacar todo el provecho posible de estos prisioneros, haciéndoles trabajar muchas horas y castigándoles a la mínima negativa. Por todo ello, el protagonista, el teniente Forell, cree imprescindible escapar del campo.

Lo positivo de la película, en mi opinión, es la historia, ya que quitando parte del final, lo demás es  impresionante, de ser cierto. Además, Bernhard Bettermann hace un muy buen papel como protagonista de la película. Aunque la historia es buena, durante la película existen escenas que transmiten poca credibilidad, como una huida entre disparos o el extraño final que me parece no pasará desapercibido.

En general, película entretenida que seguro gustará a los amantes de películas bélicas, aunque no pasará a los anales de la historia como una de las mejores películas. Recomiendo verla ya que es interesante saber como se vivía en esos campos y lo que algunos tuvieron que sufrir tras la guerra.